La leyenda atribuye a los romanos la construcción del Pont de l'Alzou, que da acceso al Calvario. Se basa en la existencia de una calzada romana que conducía desde Segodunum – Rodez – hacia Divona – Cahors.
Domina Villefranche desde lo alto de sus 400 m de altitud.
De difícil acceso - de ahí el nombre "aigre-mont" - este lugar que tiene las características de un oppidum y donde encontramos vestigios de minería, alberga una pequeña iglesia románica, la iglesia de Saint Jean d'Aigremont está al lado de un pequeño cementerio. .
En este sitio también hubo otra capilla, dedicada al Santo Sepulcro, construida en 1715 por un ermitaño, el padre Célestin Lacombe.
Durante la Revolución, el cerro se convirtió en "montaña de los eternos" y en 1794, esta capilla fue demolida. En 1821, una viuda rica, la Sra. Rouziés-Labastide, para satisfacer un deseo de su difunto esposo, decidió hacer construir una nueva capilla del Santo Sepulcro a sus expensas. El edificio es el que se puede ver desde Villefranche.
Para llegar: o bien a pie (20 min andando desde el puente de Alzou); Ya sea en coche (dirección Compolibat – Le Calvaire – Le Mauron – D47)
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