Descubra Lunac, un pueblo auténtico que le sorprenderá por su rico patrimonio. Situado muy cerca de Najac, Lunac será una parada perfecta para disfrutar de los amplios espacios abiertos del Aveyron, entre las colinas, las gargantas y los valles de Ségala.
¿Qué ver en Lunac en Aveyron?
- Su iglesia del siglo XII, catalogada como Monumento Histórico
- Sus inusuales modillones novedosos.
- Su castillo con vistas a las colinas de Ségala
- Su auténtico corazón de pueblo
Explora la ciudad
Desde la plaza y su antigua Logia donde se reunían señores y priores, hasta el jardín de la iglesia, tómese el tiempo para descubrir la ciudad de Lunac.




Entra en la iglesia de San Juan Bautista
Empápate de la sencillez de este lugar sagrado, testigo de la cultura y el patrimonio del pueblo de Lunac. El edificio, clasificado Monumento Histórico desde 1937, está lleno de tesoros, salga a descubrirlos…




¡Abre tus ojos!
Desde el jardín de la iglesia, levanta la cabeza y admira los modillones del ábside románico.
Alrededor de Lunac
Najac, uno de los pueblos más bonitos de Francia
Ubicado en el corazón de las gargantas salvajes de Aveyron, Najac Se alza majestuoso, como un centinela del tiempo. Su larga calle principal serpentea entre casas de piedra y entramado de madera. Encaramado sobre un promontorio rocoso, el pueblo ofrece unas vistas impresionantes de los meandros del Aveyron. Su fortaleza medieval, imponente y orgullosa, domina el paisaje, recordando la época en que Najac era una ciudad floreciente.
El valle de Viaur
En la ciudad de Bor-et-Bar, entre valles verdes y laderas empinadas, el Viaur serpentea con gracia, ofreciendo a cada paso paisajes impresionantes. Y encaramado en lo alto de este escenario natural, como un guardián de piedra, se encuentra el Roc del Gorb. Su imponente silueta, en ocasiones refugio de halcones peregrinos, ofrece hoy un espectáculo grandioso a los valientes visitantes que se atreven a escalar sus laderas. Un sitio perfecto para empezar escalada y la vía ferrata en familia !
La bastida real de Villefranche de Rouergue
Sin duda, vale la pena visitar Villefranche, ¡y cada uno encontrará un motivo que se adapte a sus deseos! ¿Apasionado por la Historia? Sumérgete en el pasado de esto. Bastida, erigido en 1252 por Alfonso de Poitiers, hermano de San Luis y conde de Toulouse. La extraordinaria arquitectura de la ciudad le invita a un auténtico viaje en el tiempo, desde sus soportales hasta sus suntuosas mansiones. Para las mentes contemplativas, las calles ofrecen un escenario cambiante entre luces y sombras, propicio para pasear. Los amantes de la gastronomía, por su parte, estarán encantados con el mercado animado, lleno de delicias locales, en un ambiente cálido y típicamente occitano.