Con vistas a las gargantas de Aveyron y Lézert, la nueva ciudad de Bas Ségala reúne los pueblos de Bastide l'Evêque, Saint-Salvadou y Vabre-Tizac. Explora este campo con paisajes boscosos.

La Bastide l'Eveque

Esta bastida de Ségala fue fundada en 1280 por el obispo de Rodez para competir con su vecina Villefranche de Rouergue. Desde la Edad Media, su actividad económica ha estado ligada a la agricultura, la ganadería y la presencia de numerosos vencejos, molinos que servían para batir el cobre.

Su ubicación cerca de Villefranche explica el modesto asentamiento y la pequeñez de su planta, cuyo centro está ocupado por un iglesia de los siglos XIV y XV. Su campanario-porche recuerda también al de Villefranche, su rival.

En las mesetas vecinas, quedan los rescató de Saint-Salvadou, dependencia de la abadía benedictina de La Chaise-Dieu en el siglo XI, así como el antiguo bastión señorial de Vabre, que sirvió de refugio durante la Guerra de los Cien Años.

Un rico patrimonio en el corazón de la naturaleza virgen

Desde la plaza central de la ciudad, admira la iglesia de San Juan Bautista y su campanario de granito rosa. Pasea por las calles de este Bastida que ha conservado su típica planta geométrica. Después de esta escala patrimonial, póngase las zapatillas deportivas y salga a descubrir la campiña de los alrededores. Camina por los senderos en el corazón de la naturaleza virgen. En su camino, puede hacer un recorrido por el Rigorista de Lézert, fraguas de cobre construidas en los siglos XIV y XV.

Vencejos de Lézert

Un entorno bucólico en el corazón del valle de Lézert... ¡Ideal para un picnic!

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